sábado, 6 de junio de 2009

¿Gustas un rico raspado?




Por: Cristopher Guardado, Domingo, 17 de Agosto de 2008
En la colonia Fovissste, don Ramón con una deliciosa fórmula secreta y 20 años de tradición te deleitarán
IRAPUATO
frutas frescas
Les demostramos que aquí se trabaja con higiene y las frutas con que se elaboran las mermeladas son frescas.
Han pasado 20 años desde el primer día en que don Ramón Bravo Hernández decidió dedicarse a la elaboración de raspados como una necesidad de emplear su tiempo libre en algo que lo mantuviera entretenido y que le ayudara a solventar sus gastos.
Nunca imaginó que una simple silla y una mesa, con un pedazo de hielo y tres cubetas llenas con mezcla de frutas, colocadas afuera de su casa, lo volverían un comerciante tan famoso.
Conforme pasó el tiempo, la clientela comenzó a llegar, probaban los raspados con la fórmula secreta, que nuca ha querido revelar, a pesar de que no es él, sino sus hijos los que la crearon.
"Veinte años se dicen fácil, pero en ese tiempo uno va dándose a conocer por recomendaciones de clientes, la fama es porque los raspados son ricos y yo sólo repito lo que la gente, a ellos les agrada el sabor y por eso siguen viniendo", narró.
Platicó que originalmente sus hijos, especialmente el mayor, fueron los que empezaron con la idea de vender raspados en ese lugar, al jubilarse él aceptó el favor que le pidieron sus hijos de atender el negocio, sin pensar nunca en que se convertiría en un comerciante exitoso y muy conocido.
Recuerda que las ventas de su primer día fueron 5 vasos pequeños, por lo que pensó que el negocio no funcionaría: "Se nos hizo mucho dinero en aquel entonces, y la misma gente nos empezó a recomendar con sus conocidos y hay unos cuantos que desde que empezamos vienen a consumir con regularidad", comentó Bravo Hernández.
Diariamente, en temporadas regulares se manejan 12 sabores diferentes como mango, guanábana, fresa, piña, coco, vainilla, zarzamora, tequila, durazno, entre otros.
En el caso del durazno, la guanábana y zarzamora, debido a que son frutas de temporadas específicas, la variedad se reduce a 9 sabores. Los tres sabores preferidos por la gente son el coco y la guanábana, aunque el gusto se rompe en géneros y hay los que optan por el raspado de tequila, combinado con algún otro sabor.
Con la frase "¡pásele! ¿de cuál le damos?", y una sonrisa inmediatamente después, ha atendido a una gran variedad de clientes de todas las edades y lugares de procedencia.
Sus clientes no sólo se limitan a personas de las más de 120 colonias de Irapuato, sino que gente de los municipios aledaños como Valle de Santiago, Salamanca, Silao, Romita y Pueblo Nuevo, viajan a esta ciudad con la intención de llevarse un buen sabor de boca al probar un raspado de piña, de mango, de fresa o bien, de coco.
Familias enteras e incluso viajeros a bordo de un camión que van de paso, se han detenido en este lugar, que aunque no está a la vista del bulevar principal, ya es ubicado por muchos como "el señor de los raspados del Fovissste".
Incluso familias o turistas extranjeros de Estados Unidos, Alemania y de países latinoamericanos, han llegado a deleitar sus paladares con las mermeladas sobre el hielo raspado casero.
Su lugar de trabajo, un espacio reducido en la banqueta, frente a su casa, bajo dos árboles y paralelo a la calle principal de la colonia Fovisssste, Batallón de San Blass, con una mesa que sostiene el bloque de hielo y las 12 recipientes con las mermeladas, diariamente recibe en promedio a más de 50 personas, sin embargo hay días de verano, sobre todo en los meses de marzo, abril, mayo y junio, en donde se venden hasta cerca de 200 raspados.
"En una ocasión acabamos seis pedazos de hielo (…) opino que a la gente les ha gustado mucho, y los nuevos visitantes que llegan opinan lo mismo, y más porque en las mermeladas se usa fruta natural, hasta el momento no hemos tenido quejas por el sabor", expresó.
De todos tamaños, chicos, medianos y grandes, de a 9, 11 y 14 pesos respectivamente, la gente lo prefiere por costumbre, confianza o el buen sabor.
A pesar de que mucha gente quiere saber la receta secreta, don Ramón acepta que sus hijos no la darán a conocer y él tampoco, pero seguirá sirviendo a la gente "hasta que Dios le dé vida".

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