Por: SUN/Isela Serrano , Domingo, 22 de Junio de 2008
PARA RELAJARSE
En estos hoteles tratan de adelantarse a sus deseos y eliminar la angustia del viaje.MÉXICO, D.F.
Hasta hace un par de décadas, los hoteles fueron pensados para proveer una cama, descansar y dormir, luego vinieron los inmuebles que ofrecían, además de confort una experiencia temática, pero ahora, la tendencia, dice Edward Steiner, considerado uno de los gurús de la hotelería en el mundo, consiste en adelantarse a los deseos del cliente.
"No crear la posibilidad para que las personas tengan que decir lo que quieran, sino ser una especie de sicólogo que facilite o sea capaz de descubrir sus deseos".
El reto, explica en entrevista, es extraer de antemano, los gustos y deseos del huésped y proveerles un espacio. No es fácil, aclara, la clave para conseguirlo es el entrenamiento.
¿Por qué? o ¿Para qué? Para reducir la ansiedad y el sacrificio de un húesped. Y es que, al llegar a un lugar "la persona tiene dudas, ansiedad y no sabe cómo llegar a cómo tener planeado, arreglado, situaciones como un aniversario o otro celebración".
Y es que, incluso un viajero puede pasar todo un día planeando una ceremonia o una tarde explicando a un concierge qué quiere o cómo quiere que suceda una sorpresa para su pareja.
Eso no pasa en One & Only porque la misión es reducir su ansiedad, no permitir que sacrifique ni pierda su tiempo, que no se preocupe por nada, ya que un séquito de empleados le atenderán ya sea con mascarillas de oxígeno, toallas faciales refrescantes o un spa a la medida.
La filosofía de este hotelero con más de 20 años en la industria es crear servicios y programas que conlleven a ayudar a las personas a resolver la ansiedad que causa una celebración, o cualquier viaje.
Así, en el desarrollo One & Only Palmilla, se busca proveer un programa proactivo pero no intrusivo, por ejemplo, mediante un mayordomo vía celular que opera en caso de que el huésped lo requiera pero sin resultar inoportuno con una pareja.
Además, dice, los empleados reciben entrenamiento cultural para saber de dónde y a qué están acostumbrados los huéspedes, porque no es igual una persona que vive en Nueva York, que una que viva en Los Ángeles.
PARA RELAJARSE
En estos hoteles tratan de adelantarse a sus deseos y eliminar la angustia del viaje.MÉXICO, D.F.
Hasta hace un par de décadas, los hoteles fueron pensados para proveer una cama, descansar y dormir, luego vinieron los inmuebles que ofrecían, además de confort una experiencia temática, pero ahora, la tendencia, dice Edward Steiner, considerado uno de los gurús de la hotelería en el mundo, consiste en adelantarse a los deseos del cliente.
"No crear la posibilidad para que las personas tengan que decir lo que quieran, sino ser una especie de sicólogo que facilite o sea capaz de descubrir sus deseos".
El reto, explica en entrevista, es extraer de antemano, los gustos y deseos del huésped y proveerles un espacio. No es fácil, aclara, la clave para conseguirlo es el entrenamiento.
¿Por qué? o ¿Para qué? Para reducir la ansiedad y el sacrificio de un húesped. Y es que, al llegar a un lugar "la persona tiene dudas, ansiedad y no sabe cómo llegar a cómo tener planeado, arreglado, situaciones como un aniversario o otro celebración".
Y es que, incluso un viajero puede pasar todo un día planeando una ceremonia o una tarde explicando a un concierge qué quiere o cómo quiere que suceda una sorpresa para su pareja.
Eso no pasa en One & Only porque la misión es reducir su ansiedad, no permitir que sacrifique ni pierda su tiempo, que no se preocupe por nada, ya que un séquito de empleados le atenderán ya sea con mascarillas de oxígeno, toallas faciales refrescantes o un spa a la medida.
La filosofía de este hotelero con más de 20 años en la industria es crear servicios y programas que conlleven a ayudar a las personas a resolver la ansiedad que causa una celebración, o cualquier viaje.
Así, en el desarrollo One & Only Palmilla, se busca proveer un programa proactivo pero no intrusivo, por ejemplo, mediante un mayordomo vía celular que opera en caso de que el huésped lo requiera pero sin resultar inoportuno con una pareja.
Además, dice, los empleados reciben entrenamiento cultural para saber de dónde y a qué están acostumbrados los huéspedes, porque no es igual una persona que vive en Nueva York, que una que viva en Los Ángeles.
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