sábado, 6 de junio de 2009

A la conquista de la Sierra Gorda







Por: SUN/Viridiana Ramírez, Domingo, 18 de Mayo de 2008
Una ruta de cinco de misiones franciscanas perdidas en el tiempo y entre los cerros queretanos
JALPAN, Qro.
Si te gusta pasear de pueblo en pueblo y contemplar viejas construcciones coloniales, la Sierra Gorda es el lugar.

En nuestra ruta hay cinco templos misionales, declarados Patrimonio Mundial en 2003 por la UNESCO.
Dichas misiones las fundó Fray Junípero Serra en el siglo XVIII cuando los franciscanos llegaron a Jalpan. Así, frailes e indígenas pames construyeron, entre 1751 y 1768 templos que, a simple vista, se parecen, pero si te fijas, cada detalle los hace únicos.
En la mayoría sus santos no tienen cabeza. Esto es consecuencia de batallas históricas como la guerra cristera.
SANTIAGO DE JALPAN
La primera de las cinco misiones fue el templo de Jalpan, construido entre 1751 y 1758 y dedicado al apóstol Santiago.
En la fachada se observan figuras de santos, denominados propagadores de la fe, un pequeño escudo de las cinco llagas y otro de la orden franciscana, el triunfo sobre la idolatría de los indios. En la parte inferior hay un detalle iconográfico: el águila bicéfala hispano-mexicana.
Un reloj ocupa el lugar donde originalmente se encontraba la imagen del apóstol Santiago.
Si no te es suficiente puedes merodear por los alrededores e ir de morboso a conocer la caverna Puente de Dios, a ver si escuchas los lamentos del fantasma de "El Meco" Lucas, o la Cueva del Diablo, en la que, dicen, se aparecía el mismísimo Lucifer en forma de gallina, con sus pollitos que atacaban a quienes pasaban por ahí.
SAN MIGUEL CONCÁ
Es la más pequeña de las cinco y probablemente la más mestiza ya que, por su decoración de grandes flores, follaje y lo tosco de sus figuras, muestra la mano del indígena en su construcción.
A LA LLEGADA DE LOS FRANCISCANOS
Jalpan, fue el primer templo construido entre 1751 y 1758.Aquí se resguardan las imágenes de San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, San Fernando Rey y San Roque, ilustrando la lucha contra la herejía.
La fachada barroca resalta la imagen de la Santísima Trinidad y las figuras de un conejo y un águila representando a la Luna y el Sol. En su interior predomina una sencillez en colores pastel que en parte deja asomar la pintura original con flores y algunos racimos de uvas, que llevó a los indígenas cuatro años para pintarlos.
TILACO
San Francisco del Valle de Tilaco fue construida entre 1754 y 1762 y está dedicada a San Francisco de Asís. Posee la fachada más pequeña y sencilla, simbolizando una fe ingenua, representada en lo que parece un teatro infantil, con cortinas de gruesos cordones sostenidas por ángeles. A medida que la mirada asciende, los ángeles se multiplican hasta concluir en un jardín. En medio de tanto derroche de flores y pámpano, hay cuatro sirenas sonrientes que reflejan la influencia indígena. Esta es la misión más conservada de las cinco, con sus santos completos.
TANCOYOL
Es posible que el autor de Nuestra Señora de La Luz de Tancoyol haya sido Fray Juan Ramos de Lora, quien vivió ahí de 1760 a 1766. El tema principal es la misericordia, representada por las intervenciones de la Virgen y los santos.
La portada es la más elaborada: se observan detalles tradicionales europeos, como las imágenes de San Pedro y San Pablo, acompañadas por escudos franciscanos. La esencia indígena se ve presente en las columnas del interior, con un jaguar y un personaje de rasgos olmecas. Tancoyol significa "lugar de coyoles", que es un fruto silvestre parecido al coco, pero con tamaño de uva.
LANDA
Santa María de las Aguas de Landa fue construida entre 1760 y 1768 por Fray Miguel de la Campa y es una de las más ornamentadas, con follaje por todos lados, ángeles, santos, soles y más símbolos religiosos. Dedicada a la Inmaculada Concepción, la misión señala el final de la consquista espiritual de la Sierra Gorda.
UN BUEN LUGAR PARA PASEAR
En la actualidad, las misiones están siendo remozadas para su conservación. Afuera de cada templo se encuentra un jardín, en el cual es posible sentarse para admirar cada detalle de las fachadas y también tomar un descanso.

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