viernes, 5 de junio de 2009

Pirámides de San Vicente, perdidas entre hierbas y sobrepoblación











Por: Vicente Ruiz, Domingo, 11 de Febrero de 2007
Aunque existe un proyecto para rescatar el conjunto arqueológico, éste ha sido saqueado, invadido por maleza y cubierta por deslaves de tierra
APASEO EL ALTO
Con una antigüedad aproximada de mil 400 años, el conjunto arqueológico que conforman las pirámides de San Vicente (más comúnmente conocidas como de San Bartolo) tienden a desaparecer, abandonadas al saqueo y absorbidas por el crecimiento poblacional de la comunidad.
HA SIDO SAQUEADA
El conjunto ha sufrido saqueos, sin embargo, la maleza que lo ha cubierto sirve para camuflajear la zona. Aparentemente existe un proyecto para delimitar y rescatar el sitio. El presidente municipal Martín López Camacho reconoció que le ha sido solicitada información del Instituto de Cultura del Estado de Guanajuato (ICEG), pero aún desconoce en qué consista el proyecto y el costo que representará.
El historiador Francisco Sauza Vega, autor del libro "Apaseo el Alto, una historia con futuro", estima que el origen de esta zona arqueológica tenga relación con la cultura de Chupícuaro, de la que se han hallado vestigios en la zona de La Presita y La Montañita, aunque también es de reconocerse la influencia teotihuacana, luego, cuando esta decayó, de los otomíes y toltecas.
Los pueblos antiguos se establecían generalmente a la ribera o inmediaciones de los ríos, lagos, aguajes, manantiales o arroyos y aprovechaban la humedad obtenida de estos para el cultivo de maíz, chile, jitomate o calabaza, que representaban su alimentación básica, además de la fauna existente.
En la misma obra describe que, por estudios realizados por el antropólogo Carlos Castañeda López, quien se ha distinguido por sus estudios en el lugar el antiguo señorío otomí que conforma la zona arqueológica pudo haberse establecido entre los años 600 y 900 después de Cristo, la misma es más relacionada con San Bartolomé Aguacaliente que con San Vicente, porque este poblado se fundó hace más de 4 siglos, a 5 kilómetros de los vestigios Se refiere que el área del antiguo señorío tendría unos 90 kilómetros cuadrados, dentro del que se han localizado 268 sitios con restos arqueológicos dispersos, un ejemplo es que en la falda de los cerros ubicados al sur de la cabecera municipal de Apaseo el Alto hay restos de un cuicillo que algún religioso aplanó para poner una cruz.
La cabecera del señorío fue precisamente la zona de las las pirámides, sobre una loma de unos mil 500 metros de largo por 500 de ancho, la que estaba constituída por cinco conjuntos arquitectónicos distribuidos sobre la cresta.
El diseño original de los edificios era de patio cerrado con dos variantes; uno era cerrado completamente por plataformas rectangulares en sus cuatro lados y con basamento piramidal que sobresale del conjunto y ubicado al oriente; el otro era un patio cerrado por una pequeña plataforma donde se ubica el acceso y tres basamentos piramidales en los lados restantes, situado al lado contrario al acceso más alto.
El primero, según el mismo antropólogo, sería para uso religioso y el otro para funciones político económicas.
LO QUE FUE Y HA CAMBIADO
Sauza Vega recopiló un trabajo sobre la zona que data de 1895, elaborado por un "Pedro González", que aporta mucha información sobre la forma como estaba el conjunto hace más de un siglo.
Describe que: "Las pirámides más notables de Guanajuato, hasta hoy desconocidas están a 5 kilómetros al sur del pueblo de San Bartolo, distante de la Villa de Apaseo al este-sureste y a igual distancia, pero con rumbo opuesto a la ciudad de Querétaro.
Llevan el nombre de Tzché (Agua fría) por un manantial que tiene cercano, conociéndoseles también en San Bartolo por Los Cerritos". "Siete pirámides levantadas dentro de un pequeño perímetro marcan al parecer las épocas en que se formaron.
Tres hacen el grupo principal; la mayor al oriente y dos, un poco más chicas, al norte y sur, dejando al centro una plaza abierta que mira al poniente". "Otras tres pequeñas siguen a corta distancia de aquellas sin rumbo escogido y la última.
Tan grande como la primera, está al poniente, detrás de una finca arruinada (la exhacienda de San Vicente) por donde pasa la carretera que de Querétaro se dirige a Apaseo el Alto, o San Andrés el Paso, nombres de este pueblo...".
"Esta pirámide tiene en la cima escorias de fundición, seguramente restos de cobre con el que se hicieron hachas que tanto abundaron como armas, más ventajosas que las de pedernal.
La pirámide principal, o sea la que está al oriente, parece semejante a las estructuras de las escalinatas que cubren los frentes al vértice, a la central del castillo de Chichén Itzá, están formadas por piedras lajas sin pulimento".
YA COMENZABA LA DESTRUCCIÓN
El mismo autor da el testimonio más antiguo del saqueo: "El lado que da al frente de la plaza acaba de ser destruido de una manera torpe y desconsiderada, habiéndose notado que se podía practicar un agujero y que dentro había una gran galería, penetraron a ella derrumbando piedras y extrajeron los objetos preciosísimos que encontraron para romperlos también, y siendo que había cinco enormes palos de sabino, bien colocados, como cimbrando la techumbre de la galería, los quitaron y tiraron la bóveda, hasta dejar el lugar lleno de piedras que derrumbaron de las cimas, de donde sacaron un esqueleto humano".
"Ahora se ve la galería con sus paredes a plomo y bien enjarradas, dando una figura de "T", de cuyo recinto sacaron un águila adornada con collares de caracoles marinos, con vestiduras de algodón, cuchillos de ixtli -obsidiana- y lanzas de las formas más conocidas, 30 esteras -petates- primorosamente tejidos de carrizos adelgazados hasta la flexibilidad y varios bastones de madera de encino de 80 centímetros de largo, que en uno de sus extremos tenían motas de pita embreada, con señales de haber servido de antorchas...".
EL ESTADO ACTUAL
Correo realizó una visita al sitio. Actualmente, la zona está cubierta de maleza: mezquites, huizaches, órganos y nopales principalmente, y sólo tres de las pirámides son visibles porque en algunos de sus ángulos se aprecian las piedras amontonadas y removidas, los basamentos no son visibles, al sur de ellas existe una explanada de terracería.
Hace algunos años se encontraban a simple vista trozos de alfarería; restos de vasijas, comales, ollas, y otros instrumentos; hoy no se aprecia nada, posiblemente por los deslaves que causa la lluvia.
Alrededor de estos vestigios prehispánicos, de unos 20 metros de altura, se han construido algunas viviendas, tanto al oriente como al poniente de las pirámides, a pocos metros e invaden lo que ya debería de haberse delimitado y protegido, entre el hierbaje se aprecian cables provenientes de los "diablitos" (tomas clandestinas) que conducen la corriente eléctrica, ya que sobre la misma zona arqueológica cruza una línea de alta tensión.
La explanada en cuestión es utilizada como campo de futbol de la comunidad, incluso ahí están las porterías metálicas. También, cada 21 de marzo, desde hace tres años, el lugar se aprovecha para la realización de un evento artístico-cultural por el Solsticio de Primavera.
Fuera de ello, nadie cuida el sitio, aunque, en teoría, es responsabilidad del ejido; es posible que la invasión de maleza que de alguna forma "camufla" el sitio, ha impedido que se generalice más el saqueo de los vestigios que aún conserva el conjunto prehispánico.

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