domingo, 7 de junio de 2009

Turismo étnico, para conocer el verdadero México




Por: Sun, Domingo, 15 de Marzo de 2009
Podrás encontrar y distrutar del folclore de su gente, su comida y sus costumbres
HUICHOLES
Viven en pequeñas chozas, sólo el jefe de la comunidad en una casa de arcilla con techo de palmeras.
DISTINTIVO
Las indígenas visten trajes típicos con colores brillantes o casi fosforescentes.
MÉXICO, D.F.
El turismo étnico cobra fuerza en nuestro país, pues a través de todo el territorio nacional se puede encontrar y disfrutar del folclore de su gente, de su comida, de sus costumbres.
EN LA SIERRA DE TEPIC
Huicholes, adentrarte en su mundo es una tarea titánica pero no imposible.
Huyendo de las tropas españolas, grupos indígenas se arraigaron en la Sierra Madre Occidental. Ellos son los huicholes.
Pasa un día con ellos o una semana entera. En Tepic se toma una avioneta. Vuelas 45 minutos, después una mula. Son ocho horas de camino. El destino es la comunidad Kalimt integrada por 15 familias de huicholes.
Lo primero que el guía te explica es siempre demostrarles respeto, ya que tú eres el extraño. Tu casa provisional no tendrá comodidades. Es un campamento que se parece al de ellos.
CEREMONIAS
Cuando cae la noche llegan las danzas. Alrededor de una fogata, un brujo da gracias a la madre Tierra y al padre Sol.
Sus casas son pequeñas chozas de lona. Sólo el Caramat, jefe de la comunidad, vive en una casa hecha de arcilla con techo de palmeras y sus tres mujeres e hijos.
En el día hombres y mujeres se reparten las actividades. Según tu sexo, deberás ayudarlos.
El sexo masculino se marcha para cazar, sembrar o cosechar. Las mujeres se quedan a preparar los alimentos. Carne de venado seca con frijoles y tortillas de maíz. Los guías pueden darte otros alimentos.
Ahora es momento de sacar el estambre y comenzar a tejer. Tendrás a las mejores maestras.
La chaquira es su fuerte. Ellos comen un poco de híkuri (peyote), para que sus dioses les vayan dictando los colores. Al final obtienes un jaguar multicolor. Por la tarde te reúnes para aprender un poco de su lengua. Los abuelos son tus profesores.
Cuando cae la noche llegan las danzas. Alrededor de una fogata, un brujo dará gracias a la madre Tierra y al padre Sol. Eres integrado a la ceremonia.
SUS ALIMENTOS
Los tamales de pollo y carne son una tradición en la región.
EL CORAZÓN DE LA HUASTECA
Desde hace cientos de años los teenek poblaron la región que hoy llamamos huasteca.
Las indígenas visten trajes típicos con colores brillantes o casi fosforescentes y un distintivo: el petob-tocado a manera de turbante de estambre entrelazado con el pelo- los bordados de punto de cruz también son muy característicos teenek.
Tamaletón es un pueblo muy pequeño cercano a Ciudad Valles, sus caminos no están en buen estado, así que lleva ropa y calzado cómodo y que puedas maltratar.
Ahí puedes compartir su comida -deliciosos tamales de pollo y carne- y admirar sus ceremonias, entre las más vistosas están Xantolo o día de muertos (1 y 2 de noviembre) y Dhipaak: el culto al maíz, en primavera.
También tienen ceremonia similar a voladores de Papantla: la danza del gavilán, que afirman es más antigua que la papanteca.
En Tampacoy puedes ir con ellos a un día de pesca, ordeñar vacas, sembrar o preparar comida teenek.
El derecho de visita es de 100 pesos por persona. Es recomendable visitarlos en primavera, la temperatura es calurosa gran parte del año.
En Aldea Tampacoy reserva al teléfono 01 (489) 109 3858 con Damiano Luciano o al teléfono 01 (489) 109 1970 con la señora Cristina.
En Tamaletón: con la asesora Comunitaria, antropóloga Laura Hernández Bautista al 045 (482) 103 1543, o bien, a la Delegación de Turismo Región Huasteca al 01 (481) 381 5735. Si es un cambio de estación se queman varitas de colores, para augurar buenas cosechas. También se hace la presentación de los nuevos hombres de la comunidad. Los niños que han cumplido 5 años.
LOS AMOS DEL DESIERTO
En 2008 la comunidad seri, en Sonora, abrió su empresa ecoturística.
La tierra es dura y temperamental, espinosa, con choyas, sahuaros y biznagas peliagudas que no bajan la guardia dominando al mar de Cortés. Es un santuario espolvoreado en la orilla por dunas de arena tornasol.
Más de una decena de víboras se arrastra en sus dominios, vagan zorros y venados cola blanca, los borregos cimarrones saltan en los montes colorados, las caguamas emergen del mar a un paisaje tosco, casto. Tiburones y delfines rondan este pedazo desprendido del continente.
Por decreto Isla Tiburón pertenece a los comcáac (los seris prefieren ser llamados así). Si uno quiere visitarla debe ir a la comunidad de Punta Chueca, muy cerca de Bahía de Kino, a solicitar un permiso, otorgado a contentillo.
Pero la comunidad comcaác, con el apoyo de algunas asociaciones, abrió el año pasado una empresa, se llama Ecoturismo Seri, con excursiones en lancha a uno de los esteros de la isla para caminar o navegar entre manglares, remar un kayak y observar multitudes de aves (más de 170 especies).
Cuentan historias de sus ancestros, de su tierra sagrada. Si uno tiene suerte habrá fiesta. Celebran la pubertad, el nacimiento, la muerte.
Además de sus figurillas de palo fierro, que ahora están siendo sustituidas por piedra, son famosos por sus cantos al desierto, al mar, (sólo escucha a la banda de rock seri Hamac Cazim).
Organizan juegos, talleres de danza, de cestería. Le pintan la cara como a un guerrero o como a una casamentera.
En algunos meses más se harán campamentos en Isla Tiburón.
Al final se limpia todo y se monitorea la zona para proteger el entorno.

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